Mar adentro, mar adentro.
Y en la ingravidez del fondo
donde se cumplen los sueños
se juntan dos voluntades
para cumplir un deseo.
Un beso enciende la vida
con un relámpago y un trueno
y en una metamorfosis
mi cuerpo no es ya mi cuerpo,
es como penetrar al centro del universo.
El abrazo más pueril
y el más puro de los besos
hasta vernos reducidos
en un único deseo.
Tu mirada y mi mirada
como un eco repitiendo, sin palabras
'más adentro', 'más adentro'
hasta el más allá del todo
por la sangre y por los huesos.
Pero me despierto siempre
y siempre quiero estar muerto,
para seguir con mi boca
enredada en tus cabellos.
viernes, 24 de octubre de 2008
Mar Adentro
jueves, 23 de octubre de 2008
domingo, 19 de octubre de 2008
No soy muchacho de festivales
The Kooks
The Flaming Lips
viernes, 17 de octubre de 2008
Sin título
Podía ver ciudad por todas partes. A donde quiera que dirigiera la mirada veia aquella enorme mancha gris. No lo creia. Nunca imaginó que la capital fuera tan grande. “Mira, es tan grande que se come los cerros, míralos salir de entre las casas”. Le dijo eso a su hermano que venía atarantado por el sueño. Llevaban dos días de viaje y casi once horas sobre ese autobús. La ciudad los recibía con su cara más gris. Las construcciones mostraban la desnudez de sus ladrillos de concreto. Las calles sucias y desordenadas subían las colinas como serpientes. El cielo estaba nublado. Iba a llover. Al fondo, hasta donde daba la vista, una enorme nube oscura viajaba muy cerca del suelo. Su sombra, una enorme mancha negra, se tragaba un trozo de ciudad por un momento, pero solo una parte insignificante. La ciudad era más grande que aquella enorme nube. Ismael no daba crédito. Una sonrisa se le dibujo en el rostro, así de pronto, como un niño sorprendido. Pedro dormía recargado en el hombro de su hermano, el sueño lo había vencido, no le importaba ver la ciudad. El autobús avanzaba, entrando y saliendo de calles, entre autos, entre gente atrapada en autos, entre gente que caminaba por puentes sobre los autos, entre gente que viajaba en trenes rápidos apretadas contra las ventanas, entre gente que caminaba a toda velocidad sin ver por dónde iban, con el camino aprendido de memoria. La nube se los tragaba ahora a ellos, su enorme sombra se posaba sobre sus cabezas, sobre el toldo del autobús que cubría sus cabezas. Eso pensó Ismael, pero no era la misma nube que él había visto, se trataba de otra, una no tan grande. La nube que él había visto devoraba otra parte de la ciudad y se desgarraba en forma de gruesas gotas de lluvia. Llegaron a donde tenían que llegar. Bajaron del autobús, nunca habían visto a tanta gente. “Nunca he visto tanta gente Pedro”. Tomaron sus cajas y se pusieron los sombreros. Chema los esperaba del otro lado del largo pasillo donde los autobuses se estacionaban. “Creo que veo a Chema, sí, es Chema”. Seguían ahora a Chema con religiosidad, sin embargo, volteaban a todas partes, estaban atonitos. Se fueron perdiendo entonces entre la multitud. La gente se multiplicaba, parecía salir del suelo. Ismael y Pedro se esfumaron entre la muchedumbre, ya no alcanzo a verlos. La ciudad se los tragó. Son uno más de esos que caminan apretados, que viajan en los trenes con la cara pegada al cristal, que caminan en puentes sobre las calles. Todas las nubes que viajaban sobre la ciudad se entregaron en forma de lluvia, no había llovido así en años. “Aquí todo es en grande” dijo Ismael asustado por la tormenta. Lo dijo en alguna parte de esa enorme ciudad.
miércoles, 15 de octubre de 2008
Up!
Carl Fredricksen (Edward Asner) is 78 years old. When Carl was a child, he met and eventually married a girl named Ellie who grew up in a small midwestern town. Ellie always dreamed of exploring the mountains but died before she got a chance. Now, when developers threaten to move him into an assisted living home, Carl decides to fulfill his promise to Ellie. To accomplish this, he befriends a chubby eight-year-old Wilderness Explorer named Russell. The two opposites match up for thrilling adventures as they encounter wild terrain, unexpected villains, and all the terrifying creatures that wait in the jungle.
Ya no puedo esperar para verla :)
sábado, 11 de octubre de 2008
Los Viejos Tiempos
En veinte años, quizá menos, querré que las cosas sean como hoy. Siempre he vivido añorando los ayeres, pero últimamente, los días han sido tan buenos que me gustan más los hoys (me acabo de dar cuenta que hoy no tiene plural y me eso me asusta). Creo que extrañaré estos días, mucho.
¿Qué dire cuando tenga 75? esa es una edad clave. Me preguntaron ayer cómo me veia a los 40. No pude decir nada. Que los 20 son la plenitud de la vida, espero que no, ojalá que no.
El video: Diane Keaton cantando "It seems like old times" en Annie Hall, mi película favorita, la cual acabo de comprar, así que la puedo ver todas las veces que quiera, desde luego en cuanto me la devuelvan (se la presté a un buen amigo). Puedo decir muchas cosas de Annie Hall, me gusta la reflexión que hace sobre las relaciones, que son locas e irracionales, pero las necesitamos. Creo que soy un poco como Alvy Singer, además de ser paranoico y una bola de nervios, suelo arruinar las cosas, sobre todo cuando marchan bien. También creo que las cosas buenas duran poco y que en esto radica su enorme valor. En fin, solo quiero poner unas letras en este blog y decirle a Ángel de cuarenta y tantos, si este blog sobrevive, que Ángel de veinte, de antemano, ya extraña los días que él echa de menos.