miércoles, 18 de febrero de 2009

En algún lugar al que nunca he viajado


Algunas respuestas vienen de los lugares de siempre. Las películas siempre me dan respuestas. Ayer revisite Hannah y sus hermanas de Woody Allen, una película cíclica donde los personajes se buscan, buscan su sentido, en donde se encuentran, ven su reflejo, su yo, que luego se desvanece. Algunas respuestas por más convincentes que sean duran muy poco.

En Hannah y sus hermanas Elliot (Michael Caine) le regala un libro a Lee (Barbara Hershey) el cual contiene un poema que explica los sentimientos que Elliot experimenta hacia Lee. En este caso las intenciones de Elliot hacia Lee son amorosas, a pesar de que esta es la hermana de su esposa. Sin embargo este poema me recuerda mucho a mamá. A continuación me permito traducirlo.

A mamá.

En algún lugar al que nunca he viajado
E.E. Cummings

En algún lugar al que nunca he viajado, gozosamente más allá
de cualquier experiencia, tus ojos tienen su silencio:
En tu gesto más frágil hay cosas que me abarcan,
o que no puedo tocar porque están demasiado cerca

Tu mirada más leve me abrirá fácilmente
aunque me haya cerrado como dedos,
siempre me abres pétalo tras pétalo como la primavera abre
(tocando hábilmente, misteriosamente) su primera rosa

O si tu deseo fuera cerrarme, yo y
mi vida nos cerraremos muy bellamente, súbitamente,
como cuando el corazón de esta flor imagina
la nieve cayendo cuidadosa por doquier;

Nada que hayamos de percibir en este mundo iguala
la fuerza de tu intensa fragilidad: cuya textura
me domina con el color de sus campos,
trayendo muerte y eternidad con cada respiro

(Yo no sé qué hay en ti que puede cerrar
y abrir; apenas algo en mí comprende
que la voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas)
Nadie, ni siquiera la lluvia, tiene manos tan pequeñas.

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