sábado, 28 de junio de 2008

Fidel y Maria

Abuelita murió cuando mamá nació. De pronto se vio caminando en un campo vastísimo, lleno de flores y pequeñas mariposas. Sus ropas eran blancas y sus cabellos mojados y largos hasta la cintura. Todo era hermoso y blanquísimo, la luz venia de todas partes hasta que el llanto de una niña la hizo regresar de aquella dulce visión. Abuelita dice que por eso mamá tiene mucha suerte y debe comprar boletos de lotería.

Maria canta con la voz de los pájaros mientras se cepilla sus largos cabellos mojando sus pies en el río. Su niña la espera durmiendo en la canasta y su niño trepa en los árboles que acarician el agua con sus manos-ramas. Maria guarda en su vientre a un tercer niño, pero aun no lo sabe, piensa que es un día bonito con todas esas nubes que pasan volando, viéndola, sin tapar al sol.

Abuelito trabaja en la ciudad. Se va temprano en la mañana, antes que el cielo se ponga azul. Abuelito es un hombre joven y apuesto, seguro muchas muchachas piensan en él, pero él solo piensa en Maria. La quiere mucho, la mima, le dice que es la niña de sus ojos. Maria, abuelita, siempre está en sus ojos.

Juntos viven en una casita chiquita, comparten la misma habitación con los niños. Desde ahí pueden oír al río que canta más fuerte de noche para que no lo opaquen los grillos. Se quedan platicando por horas, hasta que uno de los dos se queda dormido, generalmente es abuelito, que llega siempre cansado del trabajo. Abuelita le acaricia la frente como acaricia a sus niños, le murmura que lo quiere y le da besitos de hormiga en el cuello. Abuelito sonríe y sueña que juega con sus hijos mientras abuelita baila con un colibrí en la cocina, abuelito soñó con tres niños. El que está por nacer se llamará como él, bien hecho, por que el nombre de abuelito es uno muy bonito, y cuando muera, en unos meses, habrá quien siga llamándose así y abuelita podrá seguir pronunciando ese nombre. Pero ellos no saben nada de eso, hoy saben que se quieren y que están ahí uno al lado del otro en un momento que durará tanto como ellos quieran. Duerme abuelito, duerme, que Maria cuidará que no te piquen los mosquitos, duerme.

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